EL CIERVO

Una noche, hace ya dos años, el grueso de la peña comenzamos a realizar la tradicional ruta anual: “De peña en peña… y bebo porque me toca”. Dicha ruta consiste en recorrer todas y cada una de las peñas que hay en el pueblo.

La ruta tiene dos características: en primer lugar, suele ser bastante perjudicial para el hígado, ya que en cada garito bebes algo… con el riesgo que eso conlleva.  Porque sí, intentas no mezclar y empezar suave, pero siempre acaban liándote en algún lado, mezclas bebidas, aparecen los temidos chupitos… y a medida que avanzan las peñas, te empieza a dar igual todo, cosa de la que te arrepentirás a lo largo de la noche… o al día siguiente.

La segunda característica de la ruta es que suele ser muy sorprendente… porque siempre descubres peñas que no tenías ni puta idea de que existían.

 
El caso es que hace dos años fue cuando, en plena travesía,  nos encontramos con “El Cuadro Del Ciervo”. Kiko lo vio claro, “esta obra de arte tan maravillosa, debe estar en la sala noble de la peña”… pero las negociaciones fueron duras e inútiles, lamentablemente no conseguimos que el ciervo se criara sano y feliz en el gallinero.*

Pero la vida da muchas vueltas y justo un año después, cuando ya habíamos olvidado su hipnótica belleza, volvimos a toparnos con El Ciervo… esta vez no podíamos defraudar a Kiko y finalmente conseguimos el ansiado cuadro.

El ciervo...

Debemos aclarar que en los últimos meses hemos recibido suculentas ofertas del Prado, del Louvre y de la baronesa Tysen por él… pero finalmente hemos preferido que esta obra de arte permanezca en nuestra peña, para el deleite de sus visitantes.

Un abrazo: Chato

* Durante esa primera negociación, además de el cuadro de “El Ciervo” se estuvo intentando adquirir un sillón, que decía el Mirandes era PERFECTO para jugar a la play… jajajajajajajaja